Crear...Bienvenida

Namaste
este espacio fue creado con la intención de compartirles todas aquellas cosas que se van presentando en mi vida y me ha ayudado en mi crecimiento espiritual y en mi caminar en la vida. y de otras cosas que pueden verse como no tan espirituales, pero igual me ha ayudado a mi crecimiento integral. Asi que, manos a la obra y a CREAR CONCIENCIA


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domingo, 28 de febrero de 2010

“Tomar la cruz”-SWAMI TILAK

UN PUNTO EN EL INFINITO
SWAMI TILAK
28 DE FEBRERO
“Tomar la cruz”
_________________________

Después de crucificar a los santos, los adoramos, porque en realidad no nos gustan. Cuando vemos a un santo, pensamos: “Algo debe faltar en su vida, de otro modo ¿por qué dejó su casa? ¿por qué renunció a los placeres?. En realidad nosotros sentimos que los santos están locos, es la verdad. Podemos adorar a los santos en los templos, pero no en nuestras casas…Cuando nuestros hijos pretenden seguir la vida de la santidad, les decimos: ¡Pero hijo! ¿Qué estás haciendo? De esa manera no va a progresar el mundo”. Porque si nuestro hijo es abogado y habla con la verdad, ¿cómo podría ejercer su profesión?, y si es médico y piensa en el interés de sus pacientes, nunca llegaría a ser rico y famoso. Por eso no admitimos la veracidad y la santidad en nuestra casa.

Cristo pudo haber vivido cien años como un gran comerciante, pero como Hijo de Dios no pudo vivir más de treinta y tres. Es la historia de la divinidad.

Uno tiene que sacrificarse, y estoy hablando de un gran sacrificio, de un sacrificio terrible. Yo siempre digo que la crucifixión corporal no es tan dura como la crucifixión espiritual. ¿Cuál es la crucifixión espiritual? El sacrificio del ego. Es muy difícil. Ustedes saben que a los lados de Cristo estaban crucificados dos ladrones…físicamente, la crucifixión era similar para los tres, pero la actitud mental era muy diferente. La sola crucifixión no hace a una persona espiritual; para serlo, uno tiene que crucificar su individualidad.

(Enseñanzas de Shri Swami Tilak, maestro del venerable monje maestro Swami Shankaratilakananda)

jueves, 25 de febrero de 2010

El Perdón

¿Puedes decir algo sobre el perdón?



Es una de las cosas más fundamentales de entender. La gente piensa ordinariamente que el perdón es para aquellos que son dignos de él, que se lo merecen. Pero si alguien se lo merece, si es digno de perdón, no es muy significativo. Tú no estás haciendo nada de tu parte; él se lo merece. No estás siendo realmente amoroso y compasivo. El perdón será auténtico solamente cuando incluso los que no lo merecen lo reciben.

No es cuestión de si una persona lo merece o no. La cuestión es si tu corazón está listo o no.

Recuerdo a una de las mujeres místicas más significativas, Rabiya al-Adabiya, una mujer sufi que fue conocida por su comportamiento muy excéntrico. Pero en todo su comportamiento excéntrico había una gran revelación. En una ocasión, otro místico sufi Hasan se estaba quedando con Rabiya. Como iba a quedarse con Rabiya, no había traído su propio sagrado Corán, que acostumbraba leer cada mañana como parte de su disciplina. Pensó que podía pedir prestado el sagrado Corán de Rabiya, así que no había traído su propia copia con él.

Por la mañana se lo pidió a Rabiya, y ella le dio su copia. Él no podía creer lo que veía. Cuando abrió el Corán vio algo que ningún musulmán podría creer: en muchos lugares Rabiya lo había corregido. Es el pecado más grande por lo que respecta a los musulmanes; según ellos el Corán es la palabra de Dios. ¿Cómo puedes cambiarlo? ¿Cómo puedes incluso pensar que puedes hacer algo mejor? No sólo lo había cambiado, había cortado simplemente algunas palabras, algunas líneas;las había quitado.

Hasan le dijo, “Rabiya, alguien ha destruido tu Corán!” Rabiya dijo, “No seas estúpido, nadie puede tocar mi Corán. Lo que tú estás mirando es mi creación.” Hasan dijo: “¿Pero cómo pudiste hacer semejante cosa?”. Ella dijo: “Tuve que hacerlo, no había opción. Por ejemplo, mira aquí: el Corán dice, “Cuando veas al diablo, ódialo". Desde que he despertado no puedo encontrar ningún odio dentro de mí. Incluso si el diablo está parado delante de mí sólo puedo bañarlo con mi amor, porque nada más me queda. No importa si Dios está parado delante de mí, o el diablo; ambos recibirán el mismo amor. Todo lo que tengo es amor; el odio ha desaparecido. En el momento en que el odio desapareció de mí tuve que hacer cambios en mi libro del sagrado Corán. Si tú no lo has cambiado, quiere decir simplemente que no has llegado al espacio donde sólo queda el amor.“

Te diré, la gente que no lo merece, la gente que es indigna, le da lo mismo al hombre que ha llegado al espacio del perdón. Él perdonará, sin tener en cuenta quién lo recibe. No puede ser tan miserable que solamente el que lo merece pueda recibirlo. Y ¿cómo él va a encontrar que no se puede perdonar? Ésta es una perspectiva totalmente diferente. No se refiere al otro. ¿Quién eres tú para hacer el juicio de si el otro es digno o indigno? El mismo juicio es feo y malvado.

Sé que Rudolph Hess es ciertamente uno de los más grandes criminales. Y su crimen se vuelve mucho mayor, porque en el proceso de Nuremberg con los compañeros restantes de Adolfo Hitler — que mataron a casi ocho millones de personas en la segunda guerra mundial — él dijo delante de la corte, “No me arrepiento de nada!”. No sólo eso, también dijo: “Y si pudiera empezar desde el principio, haría lo mismo otra vez". Es muy natural pensar que este hombre no es digno de perdón; ésa será la comprensión común. Todos estarán de acuerdo contigo.

Pero yo no puedo estar de acuerdo contigo. No importa lo que Rudolf Hess haya hecho, lo que está diciendo. Lo que importa es que tú seas capaz de perdonarlo incluso a él. Eso elevará tu conciencia a las alturas supremas. Si tú no puedes perdonar a Rudolf Hess seguirás siendo sólo un ser humano ordinario, con toda clase de juicios sobre ser digno, o indigno. Pero tú no puedes perdonarlo básicamente porque tu perdón no es lo suficientemente grande.

Yo puedo perdonar al mundo entero por la sencilla razón de que mi perdón es absoluto; no tiene juicios. Te contaré una pequeña historia tibetana que te aclarará el punto por completo.

Un gran viejo maestro, venerado por millones de personas, se negó a iniciar a nadie en el discipulado. Durante toda su vida, constantemente, los reyes se lo pidieron, la gente muy rica se lo pidió, los grandes ascetas, santos le pidieron ser iniciados como sus discípulos, y él continuó negándose. Él siempre diría, “A menos que encuentre al hombre que lo merezca, a menos que encuentre a un hombre que sea digno de ello… no voy a iniciar a ningún Tom, Dick, Harry.”

Él tenía un muchacho que solía cocinar para él, lavar sus ropas, traer verduras del mercado. El mismo muchacho se había hecho viejo poco a poco y toda su vida había estado escuchando al anciano, que había vivido casi cien años, y sin excepción la negación: ¡nadie es digno! “Moriré,” decía, “sin iniciar a nadie, pero no iniciaré a alguien que no lo merezca".

La gente se sintió cansada, frustrada. Amaban al hombre, el hombre tenía inmensas cualidades, pero no podían entender su actitud obstinada, sin amabilidad ni compasión.

Pero una mañana el anciano despertó a su compañero, quien también se había hecho viejo, y le dijo, “Corre de inmediato colina abajo,al mercado y dile a todos que cualquiera que desee ser iniciado debe venir pronto, porque esta tarde cuando el sol se ponga voy a morir".

Su compañero dijo, “¿pero qué hay sobre el merecimiento? No sé quién lo merece y quién no. ¿A quién debo traer?”.

El anciano dijo, “No te preocupes por nada. Era solamente un argumento, porque yo mismo no era digno de iniciar a nadie, pero el decirlo iba contra mi dignidad. Así que elegí lo contrario. Decía:‘A menos que encuentre a alguien lo suficientemente digno, que lo merezca lo suficiente, no voy a iniciar'. La verdad es que yo no era digno de ser un maestro. Ahora lo soy, pero el tiempo es muy corto. Solamente esta mañana cuando salía el sol, mi propia conciencia también se ha elevado a la cima suprema. Ahora estoy listo. Ahora no importa quién es digno y quién es indigno. Lo que ahora importa es que yo soy digno. ¡Simplemente ve y trae a cualquiera! Simplemente ve y haz que toda la aldea se entere de que éste es el último día de mi vida, y cualquiera que desee ser iniciado debe venir inmediatamente. Trae a tanta gente como puedas".

El compañero del anciano no sabía qué hacer, pero no había tiempo para discutir. Corrió colina abajo, llegó al mercado y gritó por toda la aldea: “Si cualquiera desea convertirse en discípulo, el anciano está dispuesto ahora".

La gente no podía creerlo. Pero sólo por curiosidad algunos pensaron: “No hace daño tan sólo ver qué está sucediendo.” El hombre se había negado toda su vida, y el último día de su vida repentinamente se da un cambio tan grande. La esposa de alguien había muerto y él se sentía muy solitario, así que pensó: “Está bien. Si él va a iniciar a todos, no se trata de ser digno…”. Otro había sido liberado de la cárcel precisamente la noche anterior; y pensó, “Nadie va a darme empleo; ésta es una buena ocasión para volverme un santo".

Toda clase de gente extraña fue a la cueva del anciano, y su compañero se sentía muy desconcertado con la clase de gente que había traído: uno era un criminal, la esposa de otro había muerto... por eso él piensa: “Es mejor… ahora, ¿qué más se puede hacer?”. Otro había quedado en la ruina y estaba pensando en suicidarse; ahora piensa que esto es mejor que el suicidio.

Algunos habían llegado sólo por curiosidad. No tenían otro trabajo; estaban tocando jazz y pensaron: “Podemos tocar jazz mañana, pero hoy no hace daño, veamos de qué se trata esta iniciación. De todas formas, ese hombre va a morir por la tarde así que seremos libres de seguir siendo discípulos o no. Podemos tocar jazz mañana; no hace daño".

El compañero del anciano se sentía muy desconcertado. “¿Cómo presentaré a todos estos extraños cuando ese anciano ha rechazado a reyes, santos, sabios, que han venido con profunda seriedad para ser iniciados? ¡Y ahora él va a iniciar a esta cuadrilla!”. Se estaba sintiendo avergonzado, pero entró y preguntó, “¿Debo llamar a la gente?; once han venido.”

El anciano dijo, “Llámalos rápidamente, porque ya es tarde. ¿Te tomaste tanto tiempo y únicamente pudiste traer a tan sólo once personas?”.

Su compañero dijo, “¿Qué puedo hacer? Es un día laborable; no es un día de fiesta. Sólo pude conseguir a éstos. Todos son absolutamente despreciables; incluso yo no podría iniciarlos. No es sólo que no son dignos; son absolutamente indignos. Pero tú insististe en traer a alguien; nadie más estaba disponible".

El anciano dijo, “No hay problema. Sólo tráelos.” Y los inició a todos. Incluso ellos quedaron conmocionados. Y le dijeron al anciano: “Este comportamiento es extraño. Toda la vida has insistido que uno tiene que merecer ser un discípulo. ¿Qué sucedió con tu principio?”.

El anciano rió. Él dijo: “Ese no era un principio, fue solamente para ocultar mi propia falta de mérito. No estaba todavía en la posición de ser un maestro. Y no puedo timar a nadie, no puedo engañar a nadie; por lo tanto me he refugiado detrás de una actitud crítica, de que a menos que seas digno, no conseguirás la iniciación".

Obviamente nadie es digno.

Todos tiene sus propios defectos, debilidades; todos han hecho las cosas que nunca desearon hacer. Todos se han perdido. Nadie puede decir que es absolutamente puro; todos están contaminados. Así que cuando el anciano insistía, “A menos que sean dignos, no vuelvan a mí", nadie discutía con él; él tenía razón. ¡Primero tienen que ser dignos!

En el último día él dijo a esos once discípulos: “Los bendigo y los inicio. No importa si son dignos o no, pero por primera vez yo soy digno. Y si soy realmente digno, mi sola presencia los va a purificar. Mi respetabilidad de ser un maestro los va a hacer discípulos dignos. Ahora no tengo que depender de vuestra dignidad. Mi dignidad es suficiente.

“Soy sólo como una nube de lluvia; me regaré por todas partes; sobre las montañas, sobre las calles, sobre las casas, sobre las granjas, sobre los jardines. Me regaré por todas partes, porque estoy demasiado cargado con mi agua de lluvia. No importa si el jardín lo merece… incluso no hago ninguna distinción entre el jardín y las rocas. Me regaré simplemente a causa de mi abundancia".

Si tus meditaciones te traen al estado de una nube de lluvia, perdonarás sin ningún juicio debido a tu abundancia, debido a tu amor, debido a tu compasión.

De hecho me gustaría declarar que el hombre que es indigno merece más que el hombre que es digno. El hombre que no merece, merece más, porque es muy pobre; no seas duro con él. La vida ha sido dura con él. Se ha perdido; ha sufrido debido a sus acciones incorrectas. No seas tú duro ahora con él. Él necesita más amor que los que lo están mereciendo; necesita más perdón que los que son dignos. Éste debe ser el único enfoque de un corazón religioso.

Tu pregunta fue planteada ante el Buda Gautama, porque iba a iniciar en sannyas a un asesino, y el asesino no era ningún asesino ordinario. Rudolf Hess no es nada comparado con él. Su nombre era Angulimal. Angulimal quiere decir un hombre que usa una guirnalda de dedos humanos.

Él había prometido que mataría a mil personas; de cada persona tomaría un dedo de modo que pudiera recordar cuántas había matado y haría una guirnalda con todos esos dedos. En su guirnalda de dedos tenía novecientos noventa y nueve dedos, sólo faltaba uno. Y ese le faltaba porque su camino estaba cerrado; nadie pasaba por ahí. Pero el Buda Gautama entró por ese camino cerrado. El rey había puesto guardias en el camino para impedir que la gente pasara, particularmente los extranjeros que no sabían que un hombre peligroso vivía detrás de las colinas. Los guardias le dijeron al Buda Gautama: “Este no es el camino que debe ser utilizado. Tendrás que tomar una ruta un poco más larga, pero es mejor ir un poco más lejos que entrar a la boca de la misma muerte. Éste es el lugar en donde vive Angulimal. Incluso el rey no tiene agallas para transitar por este camino. Ese hombre está simplemente loco".

"Su madre acostumbraba visitarle. Ella era la única persona que acostumbraba ir, de vez en cuando, a verlo, pero hasta ella dejó de hacerlo. La última vez que fue allí él le dijo: 'Ahora únicamente falta un dedo, y sólo porque resulta que eres mi madre… deseo advertirte que si vienes otra vez no me detendré. Necesito un dedo desesperadamente. Hasta ahora no te he matado porque otra gente estaba disponible, pero ahora nadie pasa por este camino excepto tú. Así que quiero que estés enterada de que la próxima vez si vienes será tu responsabilidad, no la mia'. Desde esa vez su madre no ha venido".

Los guardias le dijeron a Buda: “No tomes el riesgo innecesariamente". ¿Y sabes lo que Buda les dijo? Buda dijo: “Si yo no voy ¿entonces quién irá? Solamente dos cosas son posibles: o yo lo cambiaré, y no me puedo perder este desafío; o le proveeré de un dedo para que su deseo se cumpla. De todas formas voy a morir un día. Dar mi cabeza a Angulimal será por lo menos de un cierto uso; de otra manera un día moriré y ustedes me pondrán en la pira funeraria. Pienso que es mejor satisfacer el deseo de alguien y darle tranquilidad. O él me matará o yo lo mataré, pero este encuentro va a suceder; tú simplemente guíame".

La gente que acostumbraba seguir al Buda Gautama, sus compañeros cercanos que estaban siempre en competencia por estar más cerca de él, empezaron a disminuir. Pronto hubo millas de distancia entre el Buda Gautama y sus discípulos. Todos deseaban ver qué sucedía, pero no querían estar demasiado cerca.

Angulimal estaba sentado en su roca observando. No podía creer lo que veía. Un hombre muy hermoso de inmenso carisma venía hacia él. ¿Quién podía ser este hombre? Él nunca había oído hablar del Buda Gautama, pero incluso este duro corazón de Angulimal empezó a sentir una cierta suavidad hacia el hombre. Se veía tan hermoso, viniendo hacia él. Era temprano por la mañana… una brisa fresca, y el sol se levantaba… y los pájaros cantaban y las flores se habían abierto; y Buda venía más y más cerca.

Finalmente Angulimal, con su espada desnuda en su mano, gritó: “¡Deténte!”. El Buda Gautama estaba sólo a unos pasos de distancia, y Angulimal dijo: “No des otro paso porque entonces la responsabilidad no será mía. ¡Quizás tú no sabes quién soy!”.

¿Buda dijo, “¿Sabes tú quién eres?”.

Angulimal dijo, “Éste no es el punto. Y tampoco es el lugar ni el momento para discutir tales cosas. ¡Tu vida está en peligro!”.

Buda dijo, “Yo pienso de otra manera; tu vida está en peligro”.

Aquél hombre dijo, “Yo solía pensar que estaba loco; tú estás simplemente loco. Y continúas acercándote. Entonces no digas que maté a un hombre inocente. Tú te ves tan inocente y tan hermoso que quiero que te regreses. Encontraré a alguien más. Puedo esperar; no hay prisa. Si me las puedo arreglar con novecientos noventa y nueve… es sólo cuestión de uno más, pero no me obligues a matarte".

Buda dijo: “Estás completamente ciego. Tú no puedes ver una cosa simple: No me estoy moviendo hacia ti, tú te estás moviendo hacia mí".

¡Angulimal dijo: “¡Esto es una completa locura! Cualquiera puede ver que tú te estás moviendo y yo estoy parado en mi roca. No me he movido una sola pulgada".

Buda dijo: “¡Tonterías! La verdad es que desde el día que me iluminé no me he movido una sola pulgada. Estoy centrado, completamente centrado, sin movimiento. Y tu mente se está moviendo continuamente vuelta y vuelta en círculos… y tú tienes las agallas para decirme que me detenga. ¡Tú deténte!Yo me he parado hace tiempo".

Angulimal dijo: “Parece que eres imposible, eres incurable. Estás destinado a que te maten. Me sentiré apesadumbrado, pero ¿qué puedo hacer? Nunca he visto a un hombre tan loco".

Buda se acercó demasiado, y las manos de Angulimal temblaban. El hombre era tan hermoso, tan inocente, tan infantil. Él ya se había enamorado. Había matado a tanta gente… Nunca había sentido esta debilidad; nunca había sabido lo que es el amor. Por primera vez estaba lleno de amor. Así que había una contradicción: la mano sostenía la espada para matar a la persona, y su corazón decía, “Pon la espada nuevamente en la vaina".

Buda dijo, “Estoy listo, ¿pero por qué tiembla tu mano?; eres un guerrero tan grande, incluso los reyes tienen miedo de ti y yo soy sólo un pobre mendigo. A excepción de la vasija de mendicante, no poseo nada. Tú puedes matarme, y yo me sentiré inmensamente satisfecho de que por lo menos mi muerte satisface el deseo de alguien; mi vida ha sido útil, mi muerte también ha sido útil. Pero antes de que cortes mi cabeza tengo un pequeño deseo, y pienso que tú me concederás un pequeño deseo antes de matarme".

Antes de la muerte incluso el enemigo más duro está dispuesto a cumplir cualquier deseo.

Angulimal dijo: “¿Qué es lo que deseas?”.

Buda dijo: “Quiero que solamente cortes del árbol una rama que esté llena de flores. Nunca volveré a ver estas flores; deseo ver esas flores de cerca, sentir su fragancia y su belleza en esta mañana soleada, su gloria”.

Así que Angulimal cortó con su espada toda una rama llena de flores. Y antes de que pudiera dársela a Buda, Buda dijo: “Ésta era solamente la mitad del deseo; la otra mitad es que me hagas el favor de poner de nuevo la rama en el árbol".

Angulimal dijo: “Desde el principio estaba pensando que estás loco. Ahora éste es el deseo más loco. ¿Cómo puedo poner este rama de regreso?”.

Buda dijo, “Si no puedens crear, no tienes derecho a destruir. Si no puedes dar vida, no tienes derecho a dar muerte a ninguna cosa viva”.

Un momento de silencio y un momento de transformación… la espada cayó de sus manos. Angulimal cayó a los pies del Buda Gautama, y dijo: “No sé quién eres tú, pero quienquiera que seas, llévame al mismo espacio en el que te encuentras; iníciame".

Para ese entonces los seguidores del Buda Gautama se habían acercado más y más. Viendo que ahora el Buda Gautama estaba parado delante de Angulimal, no había problema, ningún miedo, aunque él necesitaba solamente un dedo. Estaban todos alrededor y cuando él cayó a los pies de Buda, ellos inmediatamente se acercaron. Alguien planteó la cuestión: “No inicies a este hombre, es un asesino. Y no es un asesino ordinario; ha asesinado a novecientas noventa y nueve personas, todas inocentes, todas desconocidas. No han hecho ningún mal. ¡Él ni siquiera las había visto antes!”.

Buda dijo otra vez: “Si no lo inicio yo, ¿quién lo iniciará? Y amo al hombre, amo su valor. Y puedo ver una enorme posibilidad en él: un solo hombre luchando contra el mundo entero. Yo quiero a esta clase de gente, que puede estar frente al mundo entero. Hasta ahora él estaba frente al mundo con una espada; ahora él estará frente al mundo con una conciencia que es mucho más aguda que cualquier espada. Les dije que iba a suceder un asesinato, pero no estaba claro quién iba a ser asesinado; o yo iba a ser asesinado, o Angulimal. Ahora pueden ver que Angulimal es el asesinado. ¿Y quién soy yo para juzgar?”.

Él inició a Angulimal.

La cuestión no es si alguien es digno o no. La cuestión es si tú tienes la conciencia, la abundancia del amor; entonces el perdón surgirá de ahí espontáneamente. No es un cálculo, no es aritmética.

La vida es amor, y vivir una vida de amor es el único vivir religioso, la única vida de plegaria, paz, la única vida de gratitud, grandeza, esplendor.


The Great Pilgrimage: From Here to Here , capítulo 24 (sin traducir)

lunes, 22 de febrero de 2010

el amor no es tu problema

“El amor no es tu problema. Tu problema consiste en que no has sido capaz de aceptarte a ti mismo, de sostenerte en tus propios pies, de ser respetuoso contigo mismo, de hacer algo para sentir que tienes valía. Tu valía tendría que estar en tu interior, no donada por alguien más. Una valía prestada es peligrosa; la persona puede retirarla. Y esto es lo que sigue sucediendo en los llamados romances. Sólo una persona independiente puede amar y ser amada. Y el amor no le creará ningún problema.” Osho

viernes, 12 de febrero de 2010

Tú Eres Responsable

Tú Eres Responsable

La gente a menudo me hace sentir estúpido. ¿Cómo puedo cambiar esto?

La mente ordinaria echa siempre la responsabilidad a los demás. Siempre es el otro el que te hace sufrir. ¡Tu esposa te hace sufrir, tu esposo te hace sufrir, tus padres te hacen sufrir, tus hijos te hacen sufrir, o el sistema financiero de la sociedad, el capitalismo, el comunismo, el fascismo, la ideología política prevaleciente, la estructura social, o el destino, el karma, Dios... !ponle el nombre que quieras!

La gente tiene millones de maneras de evadir la responsabilidad. Pero cuando dices que algún otro — X, Y, Z — te está haciendo sufrir, entonces no puedes hacer nada para cambiarlo. ¿Qué puedes hacer? Cuando la sociedad cambie y llegue el comunismo y haya un mundo sin clases, entonces todos serán felices. Antes de ésto, no es posible. ¿Cómo puedes ser feliz en una sociedad que es pobre? ¿Y cómo puedes ser feliz en una sociedad que está dominada por los capitalistas? ¿Cómo puedes ser feliz en una sociedad que es burocrática? ¿Cómo puedes ser feliz en una sociedad que no permite tu libertad?

Excusas y excusas y excusas; excusas sólo para evitar la única revelación de que “soy responsable de mí mismo. Nadie más es responsable de mí; es absoluta y completamente mi responsabilidad. Quienquiera que soy, soy mi propia creación". Éste es el significado del sutra.

Echa toda la culpa a alguien

Y ese alguien eres tú.

Una vez que esta revelación se asienta:

“Soy responsable de mi vida, de todo mi sufrimiento, de mi dolor, de todo lo que me ha sucedido y me está sucediendo; así lo he elegido. Estas son las semillas que sembré y ahora estoy recogiendo la cosecha; soy responsable. Y una vez que esta revelación se convierta en una comprensión natural en ti, entonces todo lo demás se vuelve simple. Entonces la vida comienza a tomar una nuevo giro, comienza a moverse en una nueva dimensión. Esa dimensión es conversión, revolución, mutación, pues una vez que sé que soy responsable, también sé que puedo dajarlo en el momento que lo decida. Nadie puede evitar que lo deje.

¿Puede alguien evitar que dejes tu miseria, que transformes tu miseria en dicha? Nadie. Aún si estás en una prisión, encadenado, encarcelado, nadie puede aprisionarte; tu alma sigue siendo libre. Por supuesto estás en una situación muy limitante, pero aún en esta situación limitante puedes cantar una canción. Puedes llorar de desamparo o puedes cantar una canción. Incluso con cadenas en tus pies puedes bailar; entonces hasta el sonido de las cadenas será una melodía.

Siguiente sutra: Sé agradecido con todos

Atisha es realmente muy, muy científico. Primero dice: Asume toda la responsabilidad. En segundo lugar él dice: Sé agradecido con todos. Ahora que nadie más que tú es el responsable de tu miseria, si la miseria es tu propia creación, ¿qué es lo que queda entonces?

Sé agradecido con todos

Porque todos están creando un espacio para que seas transformado, incluso quienes piensas que te están obstruyendo, incluso quienes piensas son tus enemigos. Tus amigos, tus enemigos, la gente buena y la gente mala, las circunstancias favorables, las circunstancias desfavorables: en conjunto se está creando el contexto en el cual puedes ser transformado y convertirte en un Buda. Sé agradecido con todos, con los que han ayudado, con los que han obstaculizado, con los que han sido indiferentes. Sé agradecido con todos, porque todos juntos están creando el contexto en el cual nacen los Budas, en el cual tú puedes convertirte en un Buda.


El Libro de la Sabiduría , Capítulo 5