Crear...Bienvenida

Namaste
este espacio fue creado con la intención de compartirles todas aquellas cosas que se van presentando en mi vida y me ha ayudado en mi crecimiento espiritual y en mi caminar en la vida. y de otras cosas que pueden verse como no tan espirituales, pero igual me ha ayudado a mi crecimiento integral. Asi que, manos a la obra y a CREAR CONCIENCIA


Aqui encontraras temas de:
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miércoles, 27 de enero de 2010

Sólo los Médicos Sanos Pueden Curar

Médico, cúrate a ti mismo: de esta manera curarás a tu paciente también. Permite que su mayor apoyo para sanar sea ver con sus propios ojos a aquel que se cura a sí mismo. (Zarathustra)

Este es un gran consejo para aquellos que desean que la conciencia humana alcance sus cimas más altas posibles. Lo primero es: “Médico, cúrate a ti mismo”. Tú deberías estar completamente libre de todas las supersticiones, de todos los pasados absurdos y muertos; deberías ser nuevo a cada momento. Esta será tu salud. Y esto ayudará a la gente: el verte, el ver tu conciencia, el ver tu amor, el ver tu compasión, el ver tu felicidad será la prueba de que otros están equivocados y deben cambiar. No es cuestión de discutir; es cuestión de presentar tu vida en la nueva luz, para que los que están en la oscuridad puedan ver que están en la oscuridad, y que ésa es la causa de su miseria y de su enfermedad.

Existen mil caminos que todavía no han sido transitados, mil formas de estar saludable y de islas de vida ocultas .
Aquí es donde cualquiera que tenga inteligencia se enamorará de Zarathustra. El es muy diferente de otros maestros de religión.

Mahavira dice: “Yo he dicho la última palabra; ahora no hay nada más que descubrir. Todo lo que tiene que ser descubierto sobre la consciencia humana yo lo he descubierto. No habrá un vigésimo quinto tirthankara.” Gautama Buda dice lo mismo. Mahoma dice: “Ha habido profetas antes de mí, pero después de mí no habrá profetas. Porque yo he traído todo el conocimiento; ahora ya nada está oculto”.

Zarathustra tiene una visión muy diferente, muy humilde. Existen mil caminos que nunca han sido transitados, mil formas de estar saludable y de islas de vida ocultas. El hombre y la Tierra del hombre son aún inagotables y no han sido descubiertos.

El no quiere ser la última palabra. Por el contrario, él quiere ser el comienzo, y deja todo abierto. “Sigue cambiando en tanto llegas a nuevos espacios. No tienes que estar de acuerdo conmigo, porque existen miles de caminos que no han sido transitados, y existen miles de islas sobre la Tierra y en el ser interno del hombre que aún no se han descubierto. Así que no te quedes atado a mí; ¡muévete!”.

El está diciendo: “Yo te enseño el movimiento. No te doy una doctrina fija; sólo te doy un ímpetu, un incentivo, un reto”. Un maestro verdadero siempre es un reto: reto para nuevos descubrimientos, reto para nuevos espacios desconocidos, para estrellas lejanas. El simplemente alienta. Te ayuda a volar, y ¡te deja todo el cielo abierto!”.

¡Mirad y escuchad, solitarios! Vienen aires del futuro con un sigiloso vaivén en sus alas; y buenas noticias llegan para los oídos delicados. Vosotros, solitarios de hoy, vosotros que os habéis separado de la sociedad... Tened cuidado con estas palabras: Vosotros, solitarios de hoy; vosotros que os habéis separado de la sociedad, un día seréis personas; de vosotros, que os habéis escogido a vosotros mismos, brotará la gente elegida; y de esta gente elegida, el superhombre.

Es desafortunado que todavía no haya sucedido. Aún así... vosotros sois solitarios hoy; mi nombre para solitarios es sanyasins. Aún son pocos. Han pasado veinticinco siglos, pero las palabras de Zarathustra suenan como si se estuvieran diciendo hoy.

Vosotros, solitarios de hoy, que os habéis separado de la sociedad, un día seréis personas. Hace veinticinco siglos él tenía esperanzas; y todavía es una esperanza. Yo todavía estoy esperando que no sigan siendo pocos. Hasta los he empezado a llamar “mi gente”.

De vosotros, que os habéis escogido a vosotros mismos, brotará la gente elegida; y de esta gente elegida, el superhombre.

En verdad, ¡la Tierra se convertirá en una casa de sanación! Y emite ya una fragancia, un olor que trae salud; ¡y una nueva esperanza!
Yo simplemente puedo repetir sus palabras, porque son tan ciertas hoy como lo fueron hace veinticinco siglos. Es muy triste, es desafortunado, pero tal vez él llegó demasiado temprano, adelantado a su tiempo. Todos los genios se adelantan, pero Zarathustra parece haber llegado demasiado temprano.

Tal vez ahora es el momento en que podemos hacer de esta Tierra un templo de sanación; no sólo del cuerpo sino también del alma; un lugar sagrado en donde todos sean totales, no divididos, no esquizofrénicos. Aún es muy pequeño, pero está ahí en los corazones de mucha gente inteligente y valiente. Una añoranza por una vida más intensa, por una vida más elevada, por una vida mejor que ya ha surgido. Tal vez la primavera está muy cerca. Tal vez hemos llegado en el momento justo.

Una fragancia que trae salud, ¡y una nueva esperanza! Nosotros queremos que esta esperanza se vuelva una realidad; ha permanecido como esperanza por demasiado tiempo. Es hora de que el sueño se realice; si no podemos realizar este sueño, entonces no hay futuro para la humanidad.

Esto me da una gran esperanza, porque la multitud desenfrenada se ha acercado a un suicidio global. Y ahora sólo habrá dos alternativas: ya sea transformarte a ti mismo en un hombre nuevo, el superhombre, o prepararte para desaparecer de esta Tierra. Y yo no creo que el hombre quiera morir. No creo que los árboles quieran morir o los pájaros o los animales. Yo no creo que la vida quiera suicidarse.

Por lo tanto, muy probablemente escogerá transformarse a sí misma y dar nacimiento al superhombre, y soltar todas estas componendas que los políticos de todo el mundo están preparando para ti, para que te suicides. Ahora las fuerzas de la vida y las fuerzas de la muerte se están confrontando unas a otras. Las fuerzas de la vida son frágiles, como una fragancia en el aire. Y las fuerzas de la muerte son muy fuertes.

Aún así, la muerte no puede ganarle a la vida. El odio no puede ganarle al amor. Lo feo no puede ganarle a lo hermoso.

Zarathustra: Un Dios Que Puede Bailar, #18 Osho


lunes, 25 de enero de 2010

“LA PEQUEÑA ALMA Y EL SOL” por (NEALE DONALD WALSCH)

HABIA UNA VEZ
UNA PEQUEÑA ALMA QUE DIJO A DIOS:
¡Ya se quien soy!

Y Dios le contestó:
¡Maravilloso!
¿Quién eres?

La pequeña alma contestó a toda voz.

¡Soy la luz!

Dios sonrió ampliamente:

Así es —exclamó. Tú eres la Luz.

La pequeña alma estaba feliz, porque había comprendido lo que todas las almas del reino trataban de entender.

¡Hurra! ¡Esto es fantástico!

Pero poco después ya no le bastó con saber quien era.
Sentía cierta inquietud en su interior, porque quería ser lo que era.

Así, la pequeña alma volvió a hablar con Dios (lo cual no es mala idea para todas las almas que quieren ser Quienes Son realmente), para comunicarle sus ideas:

¡Hola, Dios!
Ahora que ya se quien soy, ¿es bueno serlo?

Dios respondió:
¿Quieres decir que deseas ser Quien Ya Eres?

Pues… verás. Una cosa es saber Quien soy, y otra muy distinta es serlo realmente.

Quiero sentir como es ser la luz.

Pero si ya eres la luz — Repitió Dios, sonriendo otra vez.

¡Si, pero quiero saber como se siente serlo! —exclamó la pequeña alma.

Creo que debí imaginármelo —repuso Dios, riendo

Tú siempre has sido la más aventurera

Y, tras un instante, la expresión de Dios cambio.

Pero hay una cuestión…

¿Qué es? preguntó la almita.

…Que no existe otra cosa además de la Luz. No creé otra cosa que lo que tu misma eres. Así, no hay un modo sencillo para que experimentes Quien eres, puesto que no hay nada que no seas.
¿Cómo? —repuso la Pequeña Alma inocente, estaba un poco confundida.

Piénsalo de este modo.

Eres como una vela en el sol.

Ya estas allá, junto con millones y ga-guillones de otras velas que forman el sol.

Y el sol no podría serlo sin ti, porque le faltaría una de sus velas, y así no podría brillar tanto.

Pero saber que eres la Luz estando dentro de la Luz… ese es el problema.

Tú eres Dios, ¡ya se te ocurrirá algo!

Dios volvió a sonreír:

Ya pensé en algo.

Puesto que no puedes sentirte la Luz al estar en ella, te rodearé de oscuridad.

¿Qué es la oscuridad? Es aquello que tú no eres.
¿Tendré miedo de la oscuridad? —gimió la almita.

Solo si así lo quieres —respondió Dios.

A decir verdad, no hay nada que temer, a menos que así lo decidas. Nosotros inventamos todo eso. Fingimos.

¡Ah! —exclamó la pequeña alma, que ya se estaba sintiendo mejor.

Entonces Dios explicó que, para poder experimentar cualquier cosa, se requiere de su opuesto.

Ese es un gran don, porque sin el no podrías conocer como es todo lo demás. No podrías saber que es lo caliente sin lo frío, el arriba sin el abajo, lo rápido sin lo lento. No podrías saber que es la izquierda sin la derecha, el acá sin el allá, el ahora sin el después.

Y así —concluyó Dios, al verte envuelta en la oscuridad, no cierres el puño ni alces la voz para maldecirla.

Más bien, sé Luz entre las tinieblas, y no te enojes por ello.

De ese modo sabrás Quien Eres Realmente, y también los demás lo sabrán.

Permite que tu luz brille para que todos sepan que eres alguien muy especial.

¿Quieres decir que está bien que los demás sepan que soy alguien muy especial? — inquirió la Pequeña Alma.

¡Por supuesto! — rió Dios, ¡Esta muy bien!

Pero recuerda que “especial” no quiere decir “mejor”. Todos son especiales, cada uno a su modo. Pero hay muchos que no lo recuerdan. Entenderán que está bien que sean especiales sólo cuando tu mismo sepas que está bien ser especial.

¡Fantástico! — exclamó la almita, quien bailaba, reía y daba saltos de felicidad.

¡Puedo ser todo lo especial que quiera!

Si, y puedes serlo a partir de ahora mismo — agregó Dios, quien bailaba y saltaba y reía con la pequeña Alma.

¿Qué parte de lo especial quieres ser?

¿Qué parte de lo especial? No te entiendo.

Verás… — le explicó Dios:

Ser la Luz es ser especial, y eso esta hecho de muchas partes.
Ser generoso es ser especial.
Ser amable es ser especial.
Ser creativo es ser especial.
Ser paciente es ser especial.

¿Se te ocurren otros modos de ser especial?

La pequeña Alma quedó en silencio por un instante:

¡Se me ocurren muchas formas de ser especial! — Exclamó luego.
Es especial ayudar a los demás.
Es especial compartir.
Y ser amistoso también es ser especial.
¡Ser considerado con los demás es ser especial!

¡Así es! — concordó Dios.

Y tú puedes ser todas esas cosas, o cualquier otra parte de lo especial que desees ser, en cualquier momento. Eso significa ser la Luz.

¡Ya se lo que quiero ser! —anunció la Pequeña Alma, muy emocionada.
Quiero ser la parte de lo especial llamada “perdonar”.
¿No es especial perdonar?
Oh, si —aseguro Dios. Eso es muy especial.

Entonces, eso quiero ser. Quiero perdonar.
Quiero experimentarme a mi misma de ese modo.

Bien —dijo Dios.
Pero hay algo que debes saber.

La Pequeña Alma comenzaba a impacientarse.
Parecía que siempre había complicaciones.
¿De que se trata? —suspiró

No hay nadie a quien perdonar.
¿Nadie? La Pequeña Alma apenas podía creer lo que estaba oyendo.

¡Nadie! —repitió Dios.
Todo cuanto hice es perfecto.
No hay una sola alma en toda la creación que sea menos perfecta que tu.
Mira a tu alrededor.

Entonces la Pequeña Alma se dio cuenta de que se había reunido una gran multitud. De todo largo y ancho, de todos los rincones del Reino, habían venido almas, porque se había corrido la voz de que la PequeñaAlma sostenía una extraordinaria conversación con Dios, y todos querían oír lo que decían.

Viendo a las incontables almas reunidas, la almita tuvo que coincidir: nadie parecía ser menos maravilloso, menos magnifico o menos perfecto que ella misma. Tal era el esplendor de las almas reunidas y tan brillante era su Luz, que la PequeñaAlma apenas podía sostener su mirada.

¿A quién perdonar entonces? —preguntó Dios.

¡Oh, creo que esto será muy aburrido! — gruñó la almita.
Quería experimentarme como El Que Perdona.
Quería saber como es esa parte de lo especial.

Y, así, supo como es estar triste.

Pero entonces un Alma amistosa salió de entre la multitud:
No te preocupes Pequeña —le dijo. Yo te ayudaré.

¿De verdad? —replicó, con el rostro iluminado.

¿Pero que puedes hacer?

Puedo darte a alguien para que lo perdones.

¿Puedes?

¡Desde luego! —canturreó el Alma amistosa.

Puedo ir a tu siguiente vida y hacer algo para que lo perdones.

Pero… ¿Por qué habrías de hacerlo? —preguntó la Pequeña Alma.
Tú que eres un Ser de tan absoluta perfección.

Tú que vibras con gran rapidez creando una luz tan brillante que apenas puedo verla.
¿Qué podría hacer que frenaras tu vibración hasta que tu luz se hiciera oscura y densa?
¿Qué podrías hacer tú, que eres tan ligera como para bailar en las estrellas y desplazarte por el Reino a la velocidad del pensamiento, entraras a mi vida y te volvieras pesada como para hacer una cosa tan mala?

Es muy fácil —repuso el Alma Amistosa.

Lo haría porque te amo.

A la Pequeña Alma le sorprendió la respuesta.

No te asombres — le dijo el Alma Amistosa.

Tú hiciste lo mismo por mí. ¿No lo recuerdas? Hemos bailado juntas muchas veces, por eones y eras. Durante todos los tiempos y en muchos lugares hemos jugado juntas. Simplemente no lo recuerdas,

Ambas hemos sido todas las cosas. Ya fuimos el Arriba y el Abajo, la Izquierda y la Derecha. Fuimos el Acá y el Allá, el Ahora y el Después, Fuimos lo Masculino y lo Femenino, lo Bueno y lo Malo. Tu y yo Fuimos la victima y el villano.

Así, nos hemos reunido muchas veces, la una dando a la otra la oportunidad exacta y perfecta para expresar y experimentar Quienes Somos Realmente.

De ese modo —añadió el Alma Amistosa, llegaré a tu próxima vida y seré el “malo”. Haré algo realmente terrible, y entonces podrás experimentarte como El Que Perdona.

¿Que harás? —preguntó la Pequeña Alma, un poco nerviosa.
¿Que puede ser tan terrible?

Oh, ya pensaremos en algo —replicó el Alma amistosa, con un guiño.
Segundos después, pareció tornarse muy seria y murmuro:
Tienes razón en algo.

¿En qué? —quiso saber la almita.

Tendré que frenar mi vibración y hacerme muy pesada para hacer ese algo no tan bueno, Fingiré que soy alguien muy distinto a quien realmente soy. Por eso te pediré un favor a cambio.

¡Si, lo que quieras — exclamó la Pequeña Alma y comenzó a cantar y bailar, Podré perdonar, podré perdonar!

Pero notó que el Alma Amistosa seguía muy callada.

¿Qué quieres? —le preguntó. ¿Qué puedo hacer por ti?
¡Eres todo un ángel por estar dispuesta a hacer tal cosa por mí!

¡Claro que el Alma Amistosa es un ángel! —interrumpió Dios
¡Todos lo son! Siempre recuerda eso que solo ángeles envío.

Y así, la Pequeña Alma quiso más que nunca satisfacer la petición del Alma amistosa:
¿Qué puedo hacer por ti? —volvió a preguntar.

En el momento que te golpee y te despedace —repuso el Alma Amistosa. Cuando te haga lo peor que pudieras imaginarte, en ese mismo instante…

¿Que? — interrumpió la Pequeña Alma. ¿Qué…?

El Alma amistosa está aun más seria:
Recuerda quien soy realmente.

¡Si, así será! —exclamó el Alma Inocente. ¡Te lo prometo! Siempre te recordaré tal y como te veo aquí y ahora.

Muy bien —repuso el Alma Amistosa, porque pondré tanto empeño en fingir, que olvidaré quien soy. Y si tú no me recuerdas como soy realmente, no podré acordarme durante mucho tiempo. Y si olvido quien soy, incluso tú olvidarás Quien Eres, y las dos estaremos perdidas. Entonces necesitaremos que venga otra alma para que nos recuerde a Ambas Quienes Somos.

¡No, no será así! —prometió otra vez la Pequeña alma.

¡Te recordaré! Y te agradeceré por darme ese don, la oportunidad de experimentarme como Quien Soy.

Así acordaron, y La Pequeña Alma fue hacia una nueva vida, emocionada por ser la Luz, que era muy especial, y por ser esa parte de lo especial que se llama Perdonar.

Y esperó ansiosamente poder experimentarse como Perdón y agradecer lo que hiciera la otra alma para que fuera posible.

En todo momento de esta vida, cada vez que apareció en escena una nueva alma, ya fuera que trajese felicidad o pesar (y especialmente si traía pesar), la Pequeña Alma pensó en lo que Dios le dijo.

“Siempre recuerda que no envío mas que ángeles”

martes, 19 de enero de 2010

SABER SER SWAMI SHANKARATILAKANANDA

19 DE ENERO
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Todo aquello que se enseña tiene que revertir. No se puede arrojar las perlas a los puercos, ni sembrar en piedras, así dice Manu no se puede enseñar a quien no tiene espíritu adecuado.


OM TAT SAT

(enseñanzas del venerable Swami Shankaratilakananda. Discípulo de Swami Tilak)

sábado, 16 de enero de 2010

DESPIERTA.... CHAITALI UPASAKI

DESPIERTA....
CHAITALI UPASAKI
16 DE ENERO
“Sabiduría Interior”
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Disciplinarse en las cosas pequeñas no es ningún tipo de tortura. Dejar bien la ropa, limpiar los vasos en el fregadero, no dejarlos ahí para después, recoger la mesa en su momento, no dejar objetos que después puedan obstruir tu camino, limpiar las ropas, organizarlas... Son pequeñas cosas que nos ayudan para grandes problemas de nuestra personalidad. Pero nada funciona si primero no estamos de pie firmemente establecidos en estos pequeños dedos y talón de las cosas cotidianas. Sin duda necesitamos grandes respuestas para grandes problemas; pero ¿para qué sirven si nuestra vida cotidiana sigue teniendo muchas hojas secas en el estanque?.



(Enseñanzas del venerable Maestro Swami Shankaratilakananda. Discípulo de Swami Tilak. Editado por Chaitali Upasaki)

jueves, 14 de enero de 2010

Pleiadian Alien Message-spanish sub

Me ha parecido un mensaje muy significativo y digno de tomar en cuenta, les aconsejo verlos todos...con amor siempre...